Arte Bizantino: arquitectura.
Arquitectura
Arte y Arquitectura
Bizantina en el periodo pre medieval
Los emperadores, y especialmente
Justiniano, utilizaron la arquitectura como un instrumento político para
impresionar a los pueblos, tanto del interior como del exterior del Imperio.
Por tanto, es una arquitectura
imperial, normalmente costosa, puesto que el emperador podía financiar los
gastos necesarios para su programa constructivo.
Fue Justiniano el que buscó a un
historiador llamado Procopio para que relatara en un volumen cuáles y cómo eran
sus construcciones, llamado "de edificis".
Hasta la llegada de Justiniano al
poder, las construcciones religiosas tanto en oriente como en occidente se
habían basado en la basílica romana paleocristiana. Sin embargo, la situación
cambia totalmente en el siglo VI.
Occidente continúa adepto a la
basílica, pero la arquitectura justiniana rompe con esta tradición. El
emperador prefiere iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en
modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones
palaciegos, pabellones de jardín y construcciones funerarias.
Arquitectura y Arte Bizantino Medieval
Tras la querella iconoclasta se
dan tres periodos según la dinastía gobernante en Bizancio:
Período Macedonio: 867-1057.
Período Comneno: 1081-1204.
Imperio latino de Constantinopla:
cuando llegaron los cruzados de occidente.
Período Paleólogo: contemporáneo
al gótico en la Europa occidental.
Respecto a la arquitectura,
predominan dos tipos iglesia: la de cruz inscrita y la de octógono cruciforme.
En ambas se da la planta cuadrangular o rectangular, una cruz inscrita y una
cúpula central coronando el edificio. Esto se debe fundamentalmente a que
pretenden que el templo sea un compendio del cosmos creado por Dios, por eso se
denominan iglesias microcosmos. La cúpula simboliza el cielo, el cuadrado
representa la tierra y la cruz es la forma geométrica que sirve de
interrelación entre el cielo y la tierra.
Desde el punto de vista de las
artes figurativas, hay que decir que llenan en su totalidad los muros de las
iglesias y constituyen una manifestación teológica que pretende ser el
compendio de la fe cristiana. Buscan, por tanto, representaciones trascendentes
y rechazan todo aquello que suponga materia. Se trata de que todos los aspectos
estilísticos y estéticos de estas artes aproximen al hombre a lo divino. En
consecuencia, buscan la anulación espacial mediante:
Fondos de oro como telón de fondo
y si no se usa el oro, telones cromáticos.
Representación de paisajes y
arquitecturas totalmente conceptuales.
Los suelos no tienen relación
real con los objetos o figuras que se depositan en ellos.
Se usan perspectivas
conceptuales: las jerárquicas y las diversas fundamentalmente.
Se buscan los arquetipos
intemporales, las figuras-esquema, que anulen el concepto de tiempo. Esto lo
logran mediante:
Se suprimen los moldeados y las
sombras, que dan sensación de plasticidad y relieve. Por el contrario,
predomina la línea.
Tendencia a figuras muy
estilizadas, ya que la estilización contribuye a manifestar espiritualidad.
Impasibilidad e inmovilidad.
Las figuras siempre se proyectan
en dos dimensiones, anulan conscientemente la tercera dimensión.
Generalmente todos los programas
iconográficos, del mismo modo que los recursos estilísticos, se repiten
constantemente en todas las iglesias. Esto se debe a la elaboración
posiblemente en la segunda mitad del siglo IX de un tratado llamado
"Hermeneia" en donde se dicta cómo se deben realizar las escenas y
que escenas deben colocarse en cada lugar del templo. De este modo, surgió un
proyecto decorativo que va a ser común para todas las iglesias.
La Hermeneia no se conserva, pero
la conocemos muy bien porque en el siglo XIX se encontró un manuscrito que
recogía la Hermeneia en un monasterio del monte Athos, en Grecia. En función de
la Hermeneia las escenas y las figuras disponen de la misma manera:
El nivel inferior (en los muros):
deben aparecer exclusivamente patriarcas del Antiguo Testamento, profetas,
apóstoles, mártires y obispos.
En el nivel medio (trompas,
pechinas, tímpanos...): deben aparecer historias de la vida de Cristo que
recojan sus momentos más trascendentales.
En el nivel superior (cúpulas y
bóvedas de horno en los ábsides): debe aparecer Cristo en majestad, la Vírgen y
los ángeles.
Monasterio de Hossius Lucas
Este monasterio es ejemplo de los
dos tipos de plantas que se dieron en Bizancio. La más pequeña es de cruz inscrita
y está dedicada la Vírgen Teotocos; la de San Lucas es la iglesia de octógono
cruciforme.
La iglesia de la Vírgen
Es una iglesia de planta con una
cruz inscrita en un cuadrado (prescindiendo de la cabecera y del nártex). En el
tramo central aparece una cúpula pequeña y esbelta soportada por pechinas y por
cuatro soportes, en este caso y generalmente columnas, aunque también pueden
ser pilares, que producen un gran efecto de ligereza. La cúpula además es
contrarrestada por las bóvedas de cañón que cubren los brazos de la cruz. Los
tramos de esquina se suelen cubrir con bóvedas de aristas, como sucede aquí, o
con pequeñas cupulillas que junto a la cúpula principal configuran un modelo de
iglesia de cinco cúpulas característica del templo bizantino.
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